miércoles, 27 de mayo de 2009

Loscos


"Cuando llego a Loscos, una cuadrilla de jubilados sentados en un banco me saluda con esa ironía que uno admiraría cualquier otro día. Su humor es, más que democrático, unánime. Me animan llamándome “Induráin”. Llevo veinte años oyendo el mismo nombre en la sonrisa de niños y viejos, en la boca torcida de conductores y paseantes, pero no es ese mi dios, les digo, soy menos ciclista que poeta. Y la chanza se convierte en pandemia para todos los vecinos que van llegando. Unos preguntan a otros, delante de mí, quién soy y qué hago en su pueblo. Enseguida se establece un apasionado debate sobre si sé más de lo que parece que sé o, bien, menos aún de lo que parece que no sé. Cuando me marcho, van ganando lo más sabios".


Artículo "Las piedras y los días"

No hay comentarios:

Publicar un comentario