miércoles, 27 de mayo de 2009

Loscos


"Cuando llego a Loscos, una cuadrilla de jubilados sentados en un banco me saluda con esa ironía que uno admiraría cualquier otro día. Su humor es, más que democrático, unánime. Me animan llamándome “Induráin”. Llevo veinte años oyendo el mismo nombre en la sonrisa de niños y viejos, en la boca torcida de conductores y paseantes, pero no es ese mi dios, les digo, soy menos ciclista que poeta. Y la chanza se convierte en pandemia para todos los vecinos que van llegando. Unos preguntan a otros, delante de mí, quién soy y qué hago en su pueblo. Enseguida se establece un apasionado debate sobre si sé más de lo que parece que sé o, bien, menos aún de lo que parece que no sé. Cuando me marcho, van ganando lo más sabios".


Artículo "Las piedras y los días"

martes, 26 de mayo de 2009

Los diabletes


"Un sol nuevo, purificado de nubes, calienta el aire y los tejados. Un sol juvenil, renacido de las cenizas del frío, explota en esta mañana. Hace dos días se celebró San Antonio Abad, pero la fiesta se celebra hoy al atardecer. Se van a preparar hogueras en varios pueblos del Matarraña. En Ráfales, un remolque va de casa en casa recogiendo maderas de todo tipo. Unos niños embutidos en sacos mucho más grandes que ellos, diabletes inocentes y saltarines, corren detrás del remolque, y yo voy detrás, cerrando la comitiva con mi bici".


Artículo "El sol, el fuego, las cenizas"

La Portellada


"Esta noche habrá carne a la brasa para todos. Ellos serán también los que se lleven lascenizas restantes al final de la fiesta. Me advierten de que la carretera está cortada por los derrumbes de las tormentas, pero mi dirección es justo la contraria. En La Portellada hay, en el centro de la plaza Mayor, un maderamen formado por leña y troncos, muebles y ventanas astillados. Unos hombres cortan y preparan carne. Cuando se dan cuenta de que les hago fotos no dudan en organizarse y posar para mí sin preguntar nada"


Artículo "El sol, el fuego, las cenizas"

lunes, 25 de mayo de 2009

Vía del viento


Después del ascenso, veo restos de la estación de Puerto Escandón, antaño importante enclave del ferrocarril minero. Aquí tomaban aire, después del ascenso, los trenes cargados de hierro. Poco a poco, voy rodeando la capital turolense, a menudo cerca de las autovías, hasta que llego a la antigua estación de Teruel, donde hay un merendero para retomar fuerzas. Es inexplicable que desapareciera este tren al que llamaban “ferrocarril económico”, justo cuando mayor era la producción minera. Hubo, a no dudarlo, algún tipo de mala gestión o alguna razón política para su desmantelamiento, según cuenta un libro de Andoni Sarasola, ingeniero en la jefatura de Minas de Zaragoza. Al parecer, la línea era rentable porque el rendimiento por tonelada transportada era muy superior al de Renfe y, además, el coste del transporte era muy inferior.


Fragmento del capítulo Vía del Viento

Un fragmento del prólogo de Destino y Trazo

Todo viaje, pero especialmente los viajes de cercanías, tienen un punto quijotesco y burlón (por algo El Quijote es uno de los mejores libros de viajes que se han escrito en castellano). Quien lo emprende asume que su empeño es una extravagancia, y busca reconocerse en la extrañeza del vecino. Recorrer Aragón en bici, en solitario y sin ánimo deportivo, es algo impropio de alguien sensato. Hay algo incómodamente transgresor en esa aventura. Recorrer la propia tierra como si fuera extraña es el primer paso para sentirse extranjero en ella. Los lugares comunes, lo aprendido y lo establecido se descomponen cuando se adopta la mirada del extraño en la propia casa. En este libro, el ciclista que aparece por la carretera es un forastero que no quiere nada y que no pide nada. Es alguien, por tanto, sospechoso. ¿A quién anda buscando este forano?, se preguntan. La respuesta es tan obvia que hasta da vergüenza escribirla: a él mismo.
Sergio del Molino

Destino y trazo en máquinas

Celebramos la noticia del proceso definitivo de impresión de Destino y Trazo con la primera entrada de este blog en el que trataremos de recoger todas las noticias, reseñas, presentaciones referidas al nuevo libro del escritor Ángel Gracia.
Destino y trazo (en bici por Aragón) es una recopilación de los artículos publicados por Ángel Gracia en el suplemento dominical del Heraldo del Aragón durante los últimos meses. Un recorrido en bicicleta por las tierras aragonesas, recopilando impresiones, anécdotas, historias ocultas e impregnando de las tradiciones y los nuevos modos de vida del mundo rural aragonés.
El prólogo es de Sergio del Molino y la portada de Álvaro Ortiz-Víctor Montalbán. Edita la colección Voces de Margot dentro de la editorial Comuniter.
La presentación...el 3 de Junio durante la Semana del Libro en Zaragoza.